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El Cine Avenida, un viaje a la Baena que añoramos.
Si tuviéramos que elaborar una lista con los edificios más emblemáticos de la "Baena que se nos fue", sin duda, junto a la añorada estación de tren, el Cine Avenida ocuparía un lugar privilegiado en nuestros corazones.
Este icónico espacio de ocio y cultura fue concebido por el arquitecto D. Mateo Gayá Prado y el delineante D. Ramón Torres Esquinas bajo el encargo de D. José María Onieva Ruiz. Su construcción, según diversos testimonios y un plano firmado en 1953, se materializó a finales de la década de los 40 y principios de los 50, marcando una época en la vida social de Baena.
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Plano cortesía de Manuel Cortés y la Fundación Centro de Documentación Juan Alfonso de Baena |
La primera película que se proyectó fue "El negro que tenía el alma blanca" (1951). Sin embargo, la memoria colectiva también asocia su inauguración a "El prisionero de Zenda" (1952), con funciones que daban comienzo a las 21:15 y una segunda sesión a las 23:00.
El cine estuvo abierto hasta la mitad de la década de los 80, en esta década se estima que se cerraron el 80% de los cines de España, debido al cambio de hábito en el ocio de los españoles y sobre todo al auge del video doméstico.
El Cine Avenida no era un cine de verano cualquiera, estaba considerado uno de los más hermosos de toda la provincia. Su atractivo trascendía Baena, atrayendo a visitantes de numerosos pueblos cercanos atabiados con sus neveras deseosos de disfrutar no solo de la película, sino de sus inigualables vistas, desde sus instalaciones, se desplegaba un panorama privilegiado de la sierra, con Zuheros al fondo.
El acceso al cine se realizaba por dos puntos diferenciados. Una de las entradas conducía al patio de butacas, donde originalmente se disponían sillas de anea, que con el paso de los años fueron reemplazadas por bancos de sillas de hierro. La otra entrada daba paso a una grada de hormigón, desde la cual la pantalla de grandes dimensiones se percibía con perfecta claridad.
Curiosamente, en los primeros años, cuando las sillas aún eran de anea, existía el riesgo de sufrir picaduras de chinches que se ocultaban en la anea. Este "inconveniente" llevó a muchos, especialmente a los jóvenes, a preferir la grada para ver las películas. Sin embargo, la grada no estaba exenta de sus propios inconvenientes: al ser de hormigón, absorbía y retenía el intenso calor del sol veraniego. A pesar de los esfuerzos por mitigar la temperatura que hacía la familia de Jose Manuel Muñoz regando la superficie, la grada era jocosamente conocida como "los huevos duros", un apodo que hacía referencia al calor que irradiaba el hormigón, especialmente durante la sesión de las 21:15.
Finalmente, se optó por solucionar el problema de las chinches y se cambiaron las sillas de anea por bancos de silla de hierro.
Pero el Cine Avenida ofrecía una tercera y muy apreciada opción para disfrutar del séptimo arte, se podía reservar una de las mesas del bar anexo y ver la película mientras te tomabas cómodamente alguna bebida.
El Cine Avenida no solo proyectaba películas en su gran pantalla, en ocasiones, se transformaba en un auditorio al aire libre acogiendo a los artistas más renombrados de la época. Nombres que resonaban con fuerza en todo el país, como Joselito, Manolo Escobar o el incomparable Camarón de la Isla, pisaron este escenario, ofreciendo espectáculos que garantizaban un lleno absoluto.
José Manuel Muñoz, en sus recuerdos sobre la ocasión del V Salmorejo Flamenco, organizado por la Peña Flamenca Baenense el 7 de agosto de 1981, evoca aquellos momentos: "Recuerdo que vino gente de toda Andalucía, hubo lleno total" .
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Actuación de Camarón de la Isla por el V Salmorejo Flamenco en agosto de 1981 |
Lamentablemente, perdimos este maravilloso cine. Con el paso de los años, una pregunta nos invade: quizás no supimos valorar el verdadero tesoro que teníamos entre nosotros, un lugar que merecía haber sido conservado para las generaciones venideras.
Hoy, del Cine Avenida solo nos quedan los recuerdos vívidos y entrañables, la fragancia al entrar de jazmín y la dama de noche que perfumaban las noches de verano; aquella enorme pantalla sobre la que destacaban las maravillosas letras que componían "Cine Avenida", una obra diseñada por Ramón Torres Esquinas; las inolvidables películas de karate que nos hacían soñar con aventuras y héroes...
El Cine Avenida no fue solo un edificio; fue un espacio de magia, de encuentro y de sueños compartidos, cuya esencia sigue viva en la memoria pero que como en toda buena película al final salió los creditos de "The End"
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Carro de helados y barquillos de Jesús Ortiz y Encarnación Ramirez en la puerta del Cine Avenida |
Agradecimientos a:
Juan Manuel Muñoz
Manuel Ordoñez Ortiz
Manuel Cortes. y La Fundación Centro de Documentación Juan Alfonso de Baena
Eli Piernagorda Aguilera
Conchi Ortiz Ramirez
Fotografias usadas para la recreación del Cine Avenida en 3D .Cortesía Juan Manuel Muñoz,
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Fotografía cortesía de Jose Manuel Muñoz en 1994 |
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Entrada para acceder a la grada |
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Cartel del V Salmorejo Flamenco cortesía de Jose Manuel Muñoz |